Conde de Fuentes
Mayor Fernández de la Cámara y Pita, inmortalizada para la historia como María Pita, fue una de las numerosas mujeres que ayudaron a la defensa de La Coruña.
En el último tramo del sitio, cuando las fuerzas militares y las milicias estaban ya a punto de ser desbordadas, entraron las propias mujeres en combate y oficiaron como inopinada fuerza estratégica de reserva. Muchas de ellas se armaron con petos, morriones y armas de sus maridos heridos o muertos.
Este fue el caso de la corpulenta María Pita que, recién enviudada, tuvo el acierto de matar al único alférez inglés que consiguió encaramarse a lo alto de las murallas, y animó así a los defensores a repeler la última y más crítica de las oleadas, la que estuvo a punto de hacer caer a la plaza. Tan notoria fue su hazaña que, con nombre y apellidos, fue nombrada en las relaciones coetáneas a los hechos y ganó gran fama.
El propio Felipe III le concedió importantes mercedes y el sueldo de alférez.