Isabel I
Isabel I de Inglaterra permitió y auspició los ataques piráticos contra España en tiempos de paz, además ayudó a los flamencos rebeldes contra su legítimo rey Felipe II. Con todo ello fue la causante de la guerra. Una vez comenzada, comprendió el tamaño de la oportunidad que se le presentaba tras el descalabro de la Gran Armada, y acertó en la movilización general de Inglaterra para levantar la Contra Armada. Estableció nítidamente sus objetivos, comenzando por el fundamental: la destrucción de la Gran armada que estaba siendo reparada en Santander. El mayor error de Isabel fue el dejar a la iniciativa privada, y en manos de Drake y Norris, la nefasta preparación de la flota. Sus hombres hicieron lo que sabían hacer: una expedición pirática en busca de botín. Dio igual que la expedición fuese de un tamaño nunca visto. La Contra Armada nunca dejó de ser una expedición pirática, y sus comandantes se saltaron a la torera las instrucciones de la Reina cuando les convino. Isabel debió probablemente dar la jefatura de la expedición a algún aristócrata cercano a la Corona que impusiese un mando único y no traicionase los objetivos llevando la expedición a la catástrofe.