Capitán general de Galicia y cabeza de la Real Audiencia, Juan Pacheco, Segundo Marqués de Cerralbo, ostentaba la autoridad del Rey. Antes del cerco trabajó incansablemente, y con notable éxito, en fortalecer La Coruña contra el presumible ataque inglés. Fue el jefe militar y la autoridad política que la ocasión demandaba, siendo crucial que se contase entre los sitiados. Aceptó el envite y se mantuvo gallardamente en su puesto, siendo digno representante de Felipe II. En su deber, quizás, el no haber prevenido a tiempo la pérdida de la Pescadería, y la excesiva parsimonia palaciega que mostró al comienzo del cerco. Pero es innegable que bajo su criterio y su autoridad, y contando con una completa cadena de mando y con soldados profesionales, encontró La Coruña y su población un preciso orden en el que encastillarse.